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En sus palabras previas al rezo del Ángelus dominical, el
Papa Francisco exhortó a los miles de fieles y peregrinos
reunidos en la Plaza de San Pedro a aprender a rezar
siempre, sin cansarnos.
El Santo Padre recordó que en el Evangelio de este domingo,
“Jesús relata una parábola sobre la necesidad de rezar
siempre, sin cansarse. La protagonista es una viuda que, a
fuerza de suplicar a un juez deshonesto, logra que él le haga
justicia”.
“Y Jesús concluye: si la viuda logró convencer a aquel juez,
¿piensan que Dios no nos escuche, si le rezamos con
insistencia? La expresión de Jesús es muy fuerte: ‘¿No hará
justicia a sus elegidos, que están clamando a él día y
noche?’”.
“’¡Clamar día y noche’ a Dios! Nos sorprende esta imagen de
la oración. Pero preguntémonos: ¿por qué Dios quiere esto?
¿Acaso Él no conoce ya nuestras necesidades? ¿Qué sentido
tiene ‘insistir’ con Dios?”.
Francisco señaló que “esta es una buena pregunta, que nos
hace profundizar un aspecto muy importante de la fe: Dios
nos invita a orar con insistencia, no porque no sabe de qué
cosa tenemos necesidad, o porque no nos escucha. Al
contrario, Él escucha siempre y conoce todo de nosotros,
con amor”.
“En nuestro camino cotidiano, especialmente en las
dificultades, en la lucha contra el mal, fuera y dentro de
nosotros, el Señor no está lejos, está a nuestro lado;
nosotros luchamos junto a Él, y nuestra arma es
precisamente la oración, que nos hace sentir su presencia
junto a nosotros, su misericordia, también su ayuda”.
Sin embargo, anotó, “la lucha contra el mal es dura y larga,
requiere paciencia y resistencia – como Moisés, que debía
tener los brazos alzados para hacer vencer a su pueblo. Y así
hay una lucha que llevar adelante cada día; pero Dios es
nuestro aliado, la fe en Él es nuestra fuerza, y la oración es
la expresión de esta fe”.
“Por eso Jesús nos asegura la victoria, pero al final se
pregunta: ‘Cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará la
fe sobre la tierra?’. Si se apaga la fe, se apaga la oración, y
nosotros caminamos en la oscuridad, nos perdemos en el
camino de la vida”.
“Aprendamos, por tanto, de la viuda del Evangelio a rezar
siempre, sin cansarnos”.
El Papa señaló que la mujer mencionada por Jesús en el
Evangelio “¡era buena esta viuda, sabía luchar por sus hijos y
pienso en tantas mujeres que luchan por su propia familia ,
que rezan, que no se cansan jamás!”.
“Un recuerdo hoy, de todos nosotros, a estas mujeres que
con su actitud nos dan un verdadero testimonio de fe, de
coraje, de modelos de oración. ¡Un recuerdo a ellas!”.
El Santo Padre pidió luego “rezar siempre, ¡pero no para
convencer al Señor a fuerza de palabras! ¡Él sabe mejor que
nosotros de qué cosa tenemos necesidad!”.
“Más bien la oración perseverante es expresión de la fe en
un Dios que nos llama a combatir con Él, cada día, cada
momento, para vencer el mal con el bien”, concluyó.